Recién estaba degustando una muy sabrosa pera. Fue una catarata de sentidos.
Cuando pude volver de mi estado de nirvana, me empecé a preguntar por qué una manzana.
No digo que no sean ricas. Pero una pera contra una manzana es una pelea desigual.
¿No había peras en el paraíso?, ¿por qué tuvieron que comer la manzana y cagarnos toda la existencia?
Pensar que ahora podría estar en casa disfrutando de la vida, sin tener preocupaciones ni cosas para hacer, si no fuera porque tuvieron que probar la manzana. ¿No podían vivir toda la eternidad con peras?
Siempre queremos lo que no podemos.
lunes, junio 25, 2007
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