viernes, junio 22, 2007

Situación extraña

Hoy venía con una idea para un post, que voy a tener que postergar para contarles de qué manera extraña comencé mi día, y de cómo encontré respuestas para algunas de las tantas preguntas que todavía tengo.

Viajé hoy como de costumbre en la línea B de subte hasta la estación Florida, nada presagiaba que este viaje iba a tener un desenlace distinto al mismo monótono desenlace de todos los viajes en subte (salir del subte, salir de la estación).

Cuando estoy subiendo por la escalera mecánica y estoy llegando al final, la suma de todos los miedos estaba delante mío y fui obligado a enfrentarme a un trauma de mi niñez. Al final de la escalera mecánica, ¡había una pared de personas!, y algo les impedía moverse, con lo cual tardé poco en darme cuenta que lo que tanto me habían advertido en mi infancia estaba por ocurrir, ¡la escalera me iba a tragar!, no había manera de escapar, porque todos saben que si uno llega al final de la escalera y no sale, la escalera lo traga. Estaba con pánico, así que los dos decidimos armarnos de valor y saltar literalmente hacia la pared de gente, lo cual inexplicablemente abrió una brecha y nos permitió evitar la fatalidad (a pánico y a mí). Después pánico se fue y no lo vi más, por suerte.

Ahora, habiendo evitado la muerte, tenía otra misión por delante. Descubrir por qué había 100 personas en la estación que no se iban. Entonces, la primer parte fue apagar el mp3 y de a poco empezar a escuchar los sonidos. Entonces descubrí algo que me pareció, y sigue pareciendo, extremadamente estúpido, pero luego recordé el mundo en donde vivimos y lo entendí. Resulta que en ese sector de la estación de Florida (la que da a Florida precisamente, y no la salida por San Martín) hay dos salidas. Una a cada lado de la calle Corrientes. Una de estas salidas tenía la puerta cerrada, nunca había sido abierta ese día (a la noche las puertas las cierran), no sé por qué. Y la otra puerta estaba clausurada porque por la lluvia intensa se había inundado no sólo la salida sino también un desagüe y había un olor putrefacto, pero ese no era el problema sino que había una cuadrilla de operarios trabajando y bloqueando el paso.

Entonces la situación era que todas las personas estaban literalmente atrapadas, y protestaban porque no podían salir. Ahí descubrí que había un empleado de seguridad al cual la situación no solo lo había desbordado, sino que además lo había humillado y vapuleado. Estaba abrumado, la gente se abalanzaba sobre él, le pedía lo exigible, un poco de coherencia y que se abran las salidas. A lo cual este sujeto se dirigió hacia la cuadrilla para pedirles amablemente que dejen salir a la gente. Ante la monosílaba respuesta negativa, se dio media vuelta e intentó escaparse de la gente, cuando recordó la paradoja de la situación, que no tenía escape (ese era el problema).

Antes de seguir, en ese momento mentalmente hice una clasificación de la gente que estaba compartiendo la situación.

Grupo a) Personas que gritaban cosas como "hace 20 minutos que estoy acá", "flaco (dirigiéndose al de seguridad), hacé algo porque estamos secuestrados (SIC)", y frases de ese estilo. Estos parecían ser los sujetos más pusilánimes y demostraron un alto nivel de dependencia del resto del grupo. Parecían incapaces de tomar decisiones, sólo esperaban que la solución se resolviera sola. Todavía deben llamar a la mamá a la hora de tomar decisiones.

Grupo b) Reaccionarios. Y este fue mi aprendizaje del día. Justo cuando estaba preguntándome como podía haber sucedido de nuevo lo que pasó en Temperley donde prendieron fuego un tren, aparecieron estos sujetos. Se caracterizaban por emitir a viva voz frases como "Tiren abajo la puerta", "Saquen a los operarios", "hagamos algo". Lo peor es que parecían tener la certeza de que estaban cumpliendo un rol necesario.

Grupo c) Despierta minoría. Estos simplemente se burlaban de la situación volviendo a bajar a la estación y saliendo por la otra salida (calle San Martín). Tiempo insumido: 2 minutos.

Cuando estaba a punto de unirme al grupo c (los otros grupos no me aceptaron), un policía se acercó a los operarios y le salvó la poca dignidad que le quedaba al empleado de seguridad diciendo "la gente va a salir por este lugar". ¡Casi lo abrazo cuando escuché eso!, me emocionó, ¡qué actitud positiva!. Quizá le salió bien porque tenía una 9 MM en la cintura, pero eso ahora no importa. Entonces haciendo una lectura veloz de la situación, cuando empezó a movilizarse el agente me acerqué a él y fui uno de los primeros en salir por donde yo quería, lo que me convirtió en uno de los primeros miembros del grupo d.

Grupo d) Los que tienen suerte y sin hacer nada salen favorecidos.

Reconozco que no suelo estar en muchos grupos d, por lo que hoy empecé bien el día.

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